Estados Unidos impuso nuevas restricciones migratorias a ciudadanos de siete países, incluida Cuba, tras una Proclamación Presidencial firmada por Donald Trump. La medida, que limita el acceso a ciertos tipos de visas, responde a preocupaciones de seguridad nacional y falta de cooperación del gobierno cubano en materia migratoria, según la Casa Blanca. Algunas excepciones aplicarán.

5 JUN 2025 – 03:48 AM
El gobierno de Estados Unidos, encabezado nuevamente por Donald J. Trump, ha impuesto nuevas restricciones migratorias a ciudadanos cubanos, en una medida que revive las políticas de su primer mandato bajo un nuevo marco legal: la Orden Ejecutiva 14161, firmada en enero de este año.
La nueva Proclamación Presidencial, anunciada este miércoles, coloca a Cuba entre siete países cuyos ciudadanos enfrentan limitaciones para ingresar a territorio estadounidense. La Casa Blanca argumenta que estas restricciones responden a la “falta de cooperación” del gobierno cubano en materia de seguridad, intercambio de información y repatriación de nacionales con órdenes de deportación.
Según el comunicado oficial, Cuba continúa siendo considerada un “estado patrocinador del terrorismo”, y sus autoridades habrían mostrado una “negativa reiterada” a colaborar con Washington en temas clave para la seguridad nacional. Como resultado, se restringe el otorgamiento de ciertos tipos de visas, aunque se mantienen excepciones para residentes legales, titulares de visas válidas y personas cuyo ingreso sea de interés nacional.
Un nuevo “veto migratorio”
El presidente Trump calificó esta medida como una extensión de su conocido “veto migratorio”, respaldado en su momento por la Corte Suprema. “Vamos a mantener fuera de nuestro país a los terroristas y a quienes no respetan nuestras leyes migratorias”, afirmó el mandatario, quien ha reactivado una retórica dura contra la inmigración tras su regreso a la Casa Blanca.
Cifras oficiales incluidas en la Proclamación refuerzan la decisión: el 7,69 % de los cubanos con visas B1/B2 (negocios y turismo) habrían sobrepasado el tiempo legal de estancia, y el índice asciende al 18,75 % entre titulares de visas F, M y J (estudios, formación y programas de intercambio).
Cuba en la lista negra
Además de Cuba, otros seis países han sido incluidos en esta ronda de restricciones: Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela. En todos los casos, el gobierno estadounidense alega deficiencias en los sistemas de control migratorio y falta de cooperación en temas de seguridad internacional.
El objetivo declarado por la administración Trump es “presionar a los gobiernos extranjeros” para que refuercen sus políticas migratorias, y al mismo tiempo proteger a Estados Unidos “de amenazas terroristas y otros riesgos a la seguridad nacional y pública”.
Excepciones y consecuencias
Las restricciones afectan a quienes estén en proceso de solicitar visas o deseen renovar permisos próximos a expirar. También complican la situación de miles de familias cubanas separadas que esperaban un reencuentro gracias a la reunificación familiar, el parole humanitario u otros mecanismos.
Se contemplan excepciones para residentes permanentes legales, personas con visados vigentes y casos considerados de “interés nacional”. Sin embargo, la proclamación añade más trabas en un momento donde el acceso legal a EE. UU. ya está limitado para los cubanos por otras vías.
Más que un veto
Esta no es una acción aislada. Desde marzo se venía filtrando que la campaña de Trump preparaba una lista de países con visados en la mira, y Cuba figuraba entre ellos. Ahora se oficializa un patrón que criminaliza la migración cubana bajo el discurso del orden y la seguridad, sin matizar causas estructurales como la crisis económica o la represión política que empujan a miles a buscar refugio fuera de la isla.
Este nuevo obstáculo legal se suma al contexto de endurecimiento migratorio: reducción del parole, detenciones masivas de migrantes, retrocesos en TPS y demoras en procesos consulares. Todo mientras La Habana mantiene su política de negarse a recibir a deportados, lo cual, paradójicamente, alimenta más sanciones.