¿Puede ir alguien a prisión por mencionar a Dios en un juicio? En Cuba, dos pastores evangélicos enfrentan ocho años de cárcel por hablar de su fe mientras defendían a su hijo ante un tribunal militar. Lo que dijeron en voz alta encendió la alarma del sistema.

21 MAY 2025 – 01:10 (CEST)
“Solo pedimos que escuchen nuestro clamor como padres. Nuestro hijo no puede con esto.” Con voz quebrada, la pastora Roxana Rojas pronunció estas palabras en un tribunal militar en la Isla de la Juventud, Cuba. A su lado, su esposo, el pastor Luis Guillermo Borjas, sostenía los informes médicos que indicaban que su hijo no está en condiciones psiquiátricas para cumplir el Servicio Militar Obligatorio. Lo que siguió fue inesperado: ambos fueron arrestados por “desacato” y “desobediencia”, tras mencionar a Dios y pedir justicia divina ante los jueces.
Los pastores evangélicos Luis Guillermo Borjas y Roxana Rojas, miembros de las Asambleas de Dios en Cuba, enfrentan una grave situación legal tras participar en un juicio militar en defensa de su hijo. La fiscalía cubana ha solicitado una condena de ocho años de privación de libertad para ambos, por los presuntos delitos de desacato y desobediencia a la autoridad.
El proceso judicial comenzó luego de que los pastores comparecieran ante un tribunal militar para argumentar que su hijo no se encuentra en condiciones mentales para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio, debido a padecimientos psiquiátricos certificados por especialistas. El hijo de la pareja, de 18 años, fue convocado para el Servicio Militar pese a tener antecedentes clínicos de depresión severa y episodios de ansiedad. El ejército desestimó la documentación médica presentada, y su negativa a presentarse fue considerada un acto de rebeldía. Para los Borjas, era un acto de supervivencia. Para las autoridades, un delito. Durante la audiencia, Borjas y Rojas presentaron la documentación médica correspondiente y, en medio de su intervención, mencionaron a Dios y apelaron a su justicia. Según reportes del medio Luz Visión Noticias, estas expresiones religiosas fueron consideradas por la fiscalía como una afrenta al tribunal, razón por la cual se tipificaron como actos de desacato. Al término del juicio, ambos pastores fueron arrestados. Días después, Roxana Rojas fue liberada por razones de salud, aunque permanece bajo investigación. Por su parte, Luis Guillermo Borjas continúa detenido, en condiciones que, de acuerdo con familiares y personas allegadas, son difíciles.
El caso ha generado reacciones en la comunidad cristiana cubana y en sectores religiosos internacionales . Diversas organizaciones, entre ellas Christian Solidarity Worldwide y la Alianza de Cristianos de Cuba, han emitido comunicados exigiendo la liberación inmediata de Borjas. .Este caso revive la tensa historia entre el gobierno cubano y la iglesia evangélica. Aunque el Estado se define como laico, en la práctica el control sobre la expresión religiosa es férreo, especialmente cuando se intersecta con asuntos considerados “políticos” o de “seguridad nacional”.
Hasta el momento, no se ha anunciado una fecha para el juicio definitivo. Se espera que en los próximos días haya novedades respecto al proceso legal. Varias iglesias continúan solicitando su liberación
En Cuba, el Servicio Militar Activo (SMA) es obligatorio para todos los varones mayores de 18 años, y aunque existen excepciones por razones médicas, familiares o religiosas, evitarlo es sumamente difícil. En la práctica, las autoridades militares rechazan con frecuencia las solicitudes de exención, aun cuando se presentan pruebas documentadas. En el caso del hijo de los pastores Borjas y Rojas, su familia presentó informes psiquiátricos que indicaban que no estaba en condiciones mentales para enfrentar el SMA.
En Cuba, el Servicio Militar Obligatorio es una de las instituciones más rígidas del sistema estatal. No existen exenciones por creencias religiosas, y los jóvenes con padecimientos mentales suelen ser evaluados por comisiones militares cuya objetividad es frecuentemente cuestionada. El Estado raramente reconoce estos hechos, testimonios filtrados y publicaciones en redes sociales han documentado historias de jóvenes que se han quitado la vida por no soportar el encierro, la presión o los malos tratos. En otros casos, han sufrido agresiones físicas o se han autolesionado como vía desesperada para escapar del sistema.
En los últimos años, organizaciones independientes han documentado al menos siete casos de jóvenes que se han quitado la vida durante el servicio o al enfrentarse a la presión de ingresar a él con diagnósticos ignorados.“Tenemos testimonios de madres que vieron cómo sus hijos se desmoronaban psicológicamente tras entrar al servicio sin estar preparados”, explica una defensora de derechos humanos desde La Habana, que pidió no revelar su identidad.
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