7 Ago 2025, Jue

¡Cómo nos mintieron!»: Cubano vive su primera atención médica fuera de la isla y desmitifica la supuesta potencia sanitaria de Cuba

Por primera vez fuera de Cuba, un joven se sometió a un examen médico en Perú. Limpieza, organización e insumos lo dejaron atónito. “¡Cómo nos mintieron!”, dijo. Su experiencia viral desató un debate sobre el mito de la potencia médica cubana.

Captura de pantalla

Redacción DisiClaro
8 JUN 2025 – 10:07 AM

“Es muy satisfactorio vivir en carne propia la desmitificación de que Cuba es una potencia médica”. Con esta frase, cargada de desencanto y revelación, un joven cubano radicado en Perú rompió el silencio en TikTok tras acudir por primera vez a un centro médico fuera de su país. Su testimonio, se viralizó en cuestión de horas, alimentando un debate candente que pone en tela de juicio uno de los pilares propagandísticos del gobierno cubano: el sistema de salud como «orgullo nacional».

Una experiencia reveladora

“Tuve que hacerme un examen médico general por razones de trabajo y todo salió perfecto”, comenzó relatando el joven. Pero más allá de los resultados, lo que lo impactó fue el entorno. “Llegar a un lugar donde todo esté organizado, limpio, donde haya insumos… eso para un cubano es impactante”, expresó en el video.

Su comparación con el sistema sanitario cubano fue directa y sin ambages: “En Cuba no hay ni guantes, ni jeringas como le dicen aquí, ni medicamentos. Los lugares son insalubres, los baños no funcionan, el olor es…”. Una pausa breve bastó para que sus palabras calaran más hondo. “¡Ay, cómo nos mintieron!”, exclamó con una mezcla de ironía y tristeza.

El mito de la potencia médica

Durante décadas, el régimen cubano ha sostenido que su sistema de salud es uno de los mejores del mundo, a pesar del embargo estadounidense y de las dificultades económicas internas. Sin embargo, para muchos cubanos que emigran, la primera consulta médica en el extranjero se convierte en una especie de epifanía: descubren que lo que en Cuba se presenta como “normal” —las carencias, el deterioro, la espera interminable— no es lo habitual fuera de la isla.

El joven tiktoker resume así su experiencia: “Nos enseñaron a romantizar la miseria. Que nuestros médicos resuelven con lo que sea… pero eso también lo haría cualquier médico si no tuviese con qué trabajar. El problema es que fuera de Cuba sí hay con qué”.Redes sociales en ebullición: ¿sistema o profesionales?El video no tardó en despertar reacciones. En TikTok, miles de cubanos y ciudadanos de otros países compartieron su respaldo al testimonio. “Gracias por decir la verdad. Aquí muchos pro comunistas viven engañados”, escribió un usuario. Otro recordó: “En Cuba ni había medicamentos. Menos mal que llevé mis ampollas desde Perú”.

Algunos defendieron la calidad del personal médico cubano: “El problema no son los médicos, es el sistema”, opinó @ramsey, quien afirmó ser médico y cubano. “Nuestros profesionales están muy bien preparados, incluso sin tecnología”.La respuesta del propio creador del video a estos comentarios fue contundente: “Hay buenos doctores, sí, pero ¿de qué sirve eso cuando no hay con qué atender? No nos engañemos más”.

Testimonios similares por el mundo

La experiencia de Leo no es aislada. Cubanos en México, España y Chile han compartido historias similares tras recibir atención médica en sus nuevos países de residencia. En México, una cubana relató su sorpresa por el uso de agujas nuevas y el etiquetado individualizado de muestras en el sistema de Salud Digna. “No podía creer que todo estuviera esterilizado y personalizado”.

En España, otra emigrada describió su primer encuentro con el sistema público de salud como “una visita a un hotel de cinco estrellas”. Y en Chile, un padre cubano mostró en TikTok los productos gratuitos recibidos al nacer su hija —pañales, ropa, cremas, vitaminas— y sentenció: “Chile es lo máximo, Cuba no es nada”.

Cifras y realidades del sistema cubano

Mientras los testimonios individuales revelan una narrativa emocional, la prensa oficial cubana también ha comenzado, aunque tímidamente, a documentar las fallas del sistema.

El diario 5 de Septiembre admitió recientemente que “nuestros ancianos están desprotegidos y todos son vulnerables”.

Una confesión que contrasta con años de triunfalismo.

En Guantánamo, el hospital provincial Agostinho Neto estuvo más de dos semanas sin ascensores, obligando a los trabajadores a subir y bajar pacientes —e incluso cadáveres— por las escaleras. En Sancti Spíritus, según el periódico Escambray, algunos pacientes han tenido que pagar hasta 70,000 pesos cubanos por recibir radioterapia, un tratamiento que, en teoría, es gratuito.

Y en Camagüey, madres denunciaron a través de redes sociales el deplorable estado del hospital pediátrico Eduardo Agramonte: cucarachas, orina estancada, baños rotos y utensilios sucios en áreas sensibles como la neonatología.

¿Una cuestión de prioridades?

Mientras tanto, el gobierno cubano sigue destinando recursos considerables a su “misión médica internacional”, enviando personal sanitario a decenas de países como parte de su diplomacia médica. Esta práctica, que genera millones de dólares para el Estado, ha sido criticada por limitar la disponibilidad de médicos en la isla y por las condiciones de semiesclavitud en las que trabajan muchos de estos profesionales.“En Cuba, la medicina se usa más como propaganda que como servicio al pueblo”, opinó un médico emigrado consultado por DisiClaro. “La prioridad no es el paciente, sino la imagen del régimen”.

Conclusión sin consuelo

La frase “¡Cómo nos mintieron!” resuena más allá del video viral. Es el lamento de una generación que empieza a confrontar la realidad con lo que le dijeron desde pequeños. La medicina cubana —a menudo exaltada como uno de los pocos logros del sistema socialista— parece haber perdido su halo de grandeza en los ojos de muchos ciudadanos que, al cruzar fronteras, descubren que lo que allá se pinta como excelencia, no es más que el disfraz de una profunda carencia. Y como dijo otro usuario en TikTok, con cruda honestidad:> “De nada sirve tener los mejores médicos si no tienen los equipos ni los insumos. Al final, la salud no se salva con discursos”.

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