7 Ago 2025, Jue

Protestas en Manzanillo: Crisis eléctrica y represión

Tras más de 20 horas sin electricidad, vecinos de La Kaba salieron a protestar. La policía detuvo a tres personas, una de ellas aún bajo custodia. La crisis energética sigue encendiendo el malestar popular.

Redacción DisiClaro
27 MAY 2025 – 13:10 (CEST)

MANZANILLO, CUBA — La noche del domingo 25 de mayo, el silencio de la oscuridad fue roto por el sonido metálico de cazuelas golpeadas con furia. En el barrio La Kaba, del municipio granmense de Manzanillo, decenas de residentes salieron a las calles tras más de 20 horas sin electricidad. Lo que comenzó como un cacerolazo espontáneo terminó en una protesta reprimida por la policía, con al menos tres personas detenidas.

Uno de los arrestados fue Yongel Quiala, quien según informes de Martí Noticias, permanece bajo custodia policial. Los otros dos manifestantes fueron liberados luego de recibir multas de 10 mil pesos. La activista local Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia denunció que uno de los participantes, Addel Céspedes, fue brutalmente golpeado por agentes. “¡No puede ni pararse! ¡Son unos abusadores!”, escribió en su perfil de Facebook, compartiendo detalles sobre el estado de salud del agredido, quien vive en Concepción entre Purísima y San Salvador.

El reclamo ciudadano fue claro: basta de apagones. “De 24 horas, tuvimos solo dos con corriente”, relató el vecino José Fonseca, mientras describía cómo el barrio, harto del deterioro constante, salió a exigir respuestas.

Un estallido regional en medio del colapso eléctrico

La protesta en Manzanillo no fue un hecho aislado, sino parte de un patrón creciente en la región oriental del país. Durante la madrugada del viernes 24 de mayo, otras ciudades también vivieron manifestaciones por el mismo motivo: la prolongada falta de electricidad.

En Bayamo, también en la provincia de Granma, residentes del reparto La Bayamesa se lanzaron a las calles tras más de 36 horas de apagón. Videos publicados en redes sociales muestran a personas caminando con linternas, mientras coreaban consignas de inconformidad. Según testigos, las fuerzas especiales del Ministerio del Interior, conocidas como «boinas negras», llegaron acompañadas de perros en un intento de contener la protesta.

En Cienfuegos, al centro del país, otro video grabado en la madrugada mostró una concentración en el Parque Martí. Aunque algunos usuarios pusieron en duda la actualidad del material, el sentimiento general fue claro: el descontento es real y creciente, y no se limita al oriente cubano.

Un sistema eléctrico que no aguanta más

La raíz de estas protestas está en una crisis energética que ya es crónica. Según datos de la Unión Eléctrica (UNE) correspondientes al 27 de mayo, la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) era de apenas 1,970 MW, frente a una demanda de 2,980 MW. Esto significa un déficit de más de 1,000 MW en horarios normales, y hasta 1,510 MW durante el pico nocturno.

A ello se suman 74 centrales de generación distribuida fuera de servicio por falta de combustible, lo que representa una pérdida adicional de 512 MW. Las causas son múltiples: mantenimiento de urgencia en termoeléctricas como Guiteras y Felton, roturas constantes en las unidades generadoras, y sobre todo, la escasez de diésel que paraliza buena parte de la infraestructura eléctrica.

Represión como respuesta y silencio oficial

La respuesta del régimen a las protestas ha sido, una vez más, la represión y el silencio. En lugar de ofrecer soluciones concretas, las autoridades optan por contener el malestar con detenciones, multas y el despliegue de fuerzas especiales. Las denuncias de golpizas, como la sufrida por Addel Céspedes, son reflejo de una estrategia que prioriza el control social por encima del bienestar ciudadano.

Por otra parte, el gobierno insiste en culpar al embargo estadounidense, a pesar de que las causas estructurales del colapso eléctrico se remontan a años de mala gestión, corrupción, y falta de inversión en modernización tecnológica.

Una olla de presión que no deja de acumular tensión

El malestar popular sigue creciendo. Los apagones prolongados, la falta de gas para cocinar, la escasez de alimentos y medicinas, y las temperaturas cada vez más altas convierten la vida cotidiana en Cuba en una batalla de resistencia.

A medida que se acerca el verano, las previsiones oficiales no auguran mejoras. Con más de 1,500 MW de déficit proyectados para julio y agosto, y sin soluciones estructurales a corto plazo, el estallido social parece cada vez más inevitable.

Preguntas frecuentes sobre las protestas en Manzanillo y la crisis energética

¿Qué motivó la protesta en Manzanillo?
El prolongado apagón de más de 20 horas en el barrio La Kaba generó una manifestación espontánea con cacerolazos. Los vecinos salieron a exigir electricidad, cansados de la situación insostenible.

¿Cuántas personas fueron detenidas?
Al menos tres. Uno sigue detenido (Yongel Quiala) y dos fueron multados con 10 mil pesos antes de ser liberados. También se reportó la golpiza severa de otro manifestante, Addel Céspedes.

¿Dónde más ha habido protestas?
Bayamo, Cienfuegos y Santiago de Cuba han sido escenarios recientes de manifestaciones ciudadanas por los apagones. En muchos casos, las protestas han sido reprimidas por fuerzas especiales.

¿Cuál es el estado actual del sistema eléctrico?
El SEN opera con un déficit estructural. La generación disponible está por debajo de los 2,000 MW, mientras que la demanda supera los 2,900 MW. A esto se suman apagones programados y fallos imprevistos.

¿Cómo responde el gobierno?
Con represión, silencio institucional y soluciones paliativas. No hay una estrategia pública creíble que apunte a una salida estructural de la crisis energética. La población sigue esperando respuestas, pero solo recibe castigos.

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