Mientras millones de cubanos padecen apagones digitales, tarifas excesivas y pésimos servicios de telecomunicaciones, una empresa militar vinculada a ETECSA guardaba más de 400 millones de dólares en efectivo en plena crisis económica nacional.

4 JUN 2025 – 05:06 AM
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) es uno de los pilares económicos del Estado cubano. Desde que el monopolio estatal comenzara a expandir los servicios móviles en la isla en la última década, sus tarifas, su estructura y sus prioridades han sido blanco de crítica pública. Sin embargo, una nueva revelación del Miami Herald pone en evidencia una contradicción aún más profunda: mientras ETECSA alega falta de fondos y divisas para modernizar su infraestructura, una empresa militar asociada a la compañía mantenía más de 400 millones de dólares en efectivo en 2024.
Según documentos obtenidos por el Miami Herald, Rafin S.A., una entidad controlada por los militares cubanos y uno de los principales accionistas de ETECSA, tenía 407 millones de dólares disponibles en efectivo a mediados de 2024. Esta cifra, asombrosa por sí sola, adquiere un matiz escandaloso si se considera que en el mismo período ETECSA reportó una reducción significativa de sus ingresos en divisas extranjeras, pasando del 63 % en 2020 a apenas un 10 % en 2024.
Una empresa en picada
El deterioro económico del país, el colapso del peso cubano y el aumento del uso de métodos alternativos de comunicación por parte de los cubanos —como las VPN para evitar el uso de servicios estatales— han golpeado severamente a ETECSA. En 2024, la presidenta ejecutiva de la empresa, Tania Velázquez, admitió en una entrevista televisiva que la falta de divisas impedía a la compañía importar piezas esenciales, adquirir combustible o aumentar la capacidad tecnológica del sistema.
“Estamos funcionando con 5,600 radiobases, pero la mitad de ellas tienen problemas energéticos o de cobertura. No podemos sostener inversiones con ingresos tan bajos”, expresó Velázquez. La empresa también culpó a fraudes internacionales y a las regulaciones impuestas por entidades extranjeras para justificar la caída de las recargas internacionales, una de sus fuentes principales de ingresos en divisas.
No obstante, estas justificaciones contrastan con la existencia de más de 400 millones de dólares congelados o inactivos en manos de Rafin S.A., una compañía que ha operado durante años con opacidad absoluta y que está directamente vinculada a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
RAFIN S.A.: el poder en las sombras
Poco se sabe públicamente sobre RAFIN S.A., más allá de que fue constituida como una compañía militar que administra recursos de origen estatal. Esa empresa es parte del conglomerado GAESA, un entramado empresarial del ejército cubano que controla una parte significativa de la economía insular, desde el turismo hasta las telecomunicaciones.
En 2011, esta empresa adquirió el 27 % de las acciones de ETECSA por 706 millones de dólares, un movimiento que consolidó el control de los militares sobre uno de los sectores más lucrativos de la economía cubana. Desde entonces, ha mantenido una posición privilegiada como accionista y administradora de fondos, sin rendir cuentas ni a la población ni a ninguna instancia civil.
La existencia de los 407 millones de dólares en efectivo fue revelada como parte de una investigación periodística internacional, y ha encendido las alarmas entre economistas y ciudadanos, que cuestionan por qué esos recursos no fueron reinvertidos en la modernización de la red de telecomunicaciones, la mejora del servicio o, al menos, la reducción de los elevados precios que pagan los cubanos por datos móviles, telefonía e internet.
La existencia de ese colchón financiero evidencia que, aunque ETECSA afirme enfrentar restricciones económicas severas, el control militar posee recursos millonarios acumulados principalmente gracias a la recaudación en dólares que generan las recargas que envían los cubanos en el exterior. Esa recaudación, en teoría destinada a sostener y modernizar la infraestructura de telecomunicaciones, parece estar siendo desviada para financiar otros proyectos estratégicos del conglomerado militar, en especial el sector turístico, mientras la mayoría de la población sufre limitaciones crecientes para acceder a internet y servicios básicos.
¿Para qué se guardan esos fondos?
Expertos sospechan que el dinero retenido por Rafin S.A. no es “inversión congelada”, sino un fondo destinado a fines estratégicos del Estado cubano, posiblemente relacionados con la seguridad, los gastos militares o las operaciones internacionales del régimen. Algunos comparan esta situación con la de GAESA, el consorcio militar que controla el turismo y otras áreas clave de la economía y que funciona como un Estado dentro del Estado.
“Estamos ante una estructura diseñada para extraer valor de sectores de alta demanda sin que esos recursos se reinviertan de forma equitativa en la sociedad. Es una forma de saqueo institucionalizado”, dijo un economista cubano bajo condición de anonimato a elTOQUE.
Sin transparencia, sin alternativas
El modelo de gestión de ETECSA y sus socios militares deja al descubierto uno de los mayores problemas estructurales de Cuba: la falta de transparencia y de control democrático sobre los recursos públicos. No hay auditorías públicas, no se conocen los presupuestos reales ni las prioridades de inversión, y los ciudadanos no tienen forma de influir en la toma de decisiones que les afecta directamente.
ETECSA, lejos de ser un servicio público con responsabilidad social, actúa como una empresa de recaudación cuyos beneficios se diluyen en estructuras opacas. La existencia de fondos millonarios en manos de sus accionistas militares, mientras la empresa alega estar en crisis, representa no solo una paradoja, sino una afrenta a la ciudadanía.